Qué es el TEA

El TEA (Trastorno del Espectro del Autismo) es un trastorno neurobiológico complejo de origen genético y ambiental que dura toda la vida, y altera la capacidad de una persona para comunicarse y relacionarse con otros, además de aparecer dificultades de procesamiento sensorial e intereses restringidos.

EVALUACIÓN DEL AUTISMO

La fase de diagnóstico suele ser una preocupación para padres y familiares de individuos con Trastorno del Espectro Autista (TEA), dejándolos a menudo desorientados debido a su complejidad. Por lo general, es el pediatra quien plantea inicialmente la posibilidad de una evaluación diagnóstica de TEA, ya sea a raíz de preocupaciones expresadas por la familia o detectadas durante consultas en las que se observa un desarrollo atípico del niño/a para su edad. Como una condición compleja de diagnosticar ésta puede manifestarse con diferentes niveles de severidad.

El diagnóstico del autismo es un procedimiento médico que debe llevarse a cabo por alguno de los siguientes profesionales:

  • Pediatra.

  • Neurólogo.

  • Psiquiatra infantil.

  • Terapeuta ocupacional.

EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA

Es importante distinguir entre la evaluación diagnóstica y el propio diagnóstico. Una evaluación diagnóstica adecuada contribuye a un diagnóstico más preciso del autismo en una persona.

La detección del TEA puede ocurrir a partir de los 18 meses de edad, e incluso antes. Una evaluación diagnóstica completa a los 2 años de edad puede considerarse confiable. Actualmente, se está mejorando en el diagnóstico de adultos y especialmente de mujeres, cuyos síntomas han sido tradicionalmente más difíciles de detectar.

HERRAMIENTAS DE EVALUACIÓN DEL AUTISMO

Entre los instrumentos de evaluación más reconocidos internacionalmente que manejamos en nuestro centro, Espacio Terapéutico Sentidos, se encuentran la ADOS-2 (Escala de Observación para el Diagnóstico del Autismo), la Entrevista del Desarrollo Dimensional y Diagnóstico, el WISC, además de otros instrumentos que incluyen la Evaluación Conductual y la escala de valoración del autismo infanto-juvenil.

Es fundamental que los profesionales que utilicen estas herramientas estén debidamente capacitados para garantizar que la evaluación diagnóstica aborde adecuadamente las principales áreas relacionadas con el autismo (comunicación, interacción social y conductas repetitivas/estereotipadas), y que las entrevistas se realicen de manera sistemática y estructurada. En Espacio Terapéutico Sentidos, nuestros profesionales están certificados internacionalmente para diagnosticar y tratar estos trastornos del espectro autista.

SI SOSPECHAS QUE PUEDE SER AUTISMO

Es fundamental aprender a reconocer los primeros signos de autismo en las primeras etapas del desarrollo de nuestros hijos. La edad y la intensidad de los primeros signos pueden variar ampliamente, siendo algunos bebés los que muestran indicios desde sus primeros meses.

En otros casos, los comportamientos característicos pueden volverse evidentes a partir de los 2 o 3 años, y en ocasiones, si el niño/a tiene lenguaje verbal, el diagnóstico puede retrasarse hasta más tarde, incluso en la preadolescencia. Por esta razón, un diagnóstico temprano con una intervención oportuna es crucial durante los primeros años de vida.

Si tienes sospechas sobre el desarrollo de tu hijo/a, te recomendamos que acudas a tu centro de salud y lo comentes con su pediatra. En el 79% de los casos de diagnóstico de Trastorno del Espectro Autista, es la familia quien alerta sobre posibles problemas.

El pediatra, si lo considera necesario, te derivará a un neurólogo y, posteriormente, a un centro terapéutico donde un equipo multidisciplinario evaluará y definirá las terapias más adecuadas para potenciar las habilidades de tu hijo/a o mejorar su interacción con el entorno, contribuyendo así a mejorar su calidad de vida.

Es probable que el neurólogo solicite diversas pruebas para descartar otras patologías. No te alarmes si te informan sobre la necesidad de realizar un electroencefalograma, una resonancia cerebral, pruebas de sueño, análisis genéticos u otras pruebas. Esto es común y se realiza inicialmente para descartar otras afecciones graves que puedan explicar los síntomas asociados con el autismo.

INDICIOS

  • El TEA puede diagnosticarse a cualquier edad y las manifestaciones pueden variar ampliamente entre los afectados, ya que no hay dos personas con TEA iguales. Algunos ejemplos de conductas características en niños/as con TEA pueden incluir:

    • Dificultad para interactuar con otros niños.

    • Escaso o nulo contacto visual.

    • Resistencia o intolerancia al cambio.

    • Ausencia de señalamiento con el dedo hacia objetos o lugares.

    • Escasa o nula imitación.

    • Tendencia al aislamiento.

    • Risas inapropiadas o fuera de contexto.

    • Falta de respuesta al ser llamado/a por su nombre.

    • Ecolalia (repetición automatizada de palabras o frases).

    • Apego inusual a objetos.

    • Juegos repetitivos.

    • Evitación o invasión del espacio personal.

    • Sensibilidad sensorial alterada.

    • Dificultad para tolerar la frustración.

    • Comportamientos hiperactivos o hipoactivos.

    • Resistencia a métodos de aprendizaje convencionales.

    • Movimientos estereotipados, como aleteos repetitivos.

    • Retraso en la adquisición o pérdida del lenguaje.

    Estas preguntas pueden ayudar a identificar posibles signos de autismo en tu hijo/a:

    1. ¿Responde a señales o llamadas visuales?

    2. ¿Ha considerado alguna vez la posibilidad de que su hijo/a tenga problemas de audición?

    3. ¿Participa en juegos de fantasía o imaginación?

    4. ¿Le gusta trepar o subirse a cosas?

    5. ¿Realiza movimientos inusuales cerca de los ojos?

    6. ¿Señala con el dedo para expresar deseos o mostrar interés?

    7. ¿Busca la atención de los demás?

    8. ¿Comprende instrucciones simples?

    9. ¿Observa las reacciones de los demás ante eventos nuevos?

    10. ¿Disfruta de juegos que implican movimiento?

    11. ¿Camina independientemente?

    12. ¿Mantiene contacto visual durante las interacciones?

    13. ¿Imita acciones o gestos?

    14. ¿Sigue la mirada de otros hacia objetos o eventos?

    15. ¿Intenta llamar la atención de los demás?

    16. ¿Entiende instrucciones verbales simples?

    17. ¿Sonríe en respuesta a sonrisas?

    18. ¿Se ve afectado por ruidos cotidianos?

    19. ¿Mira a los ojos durante las interacciones?

    20. ¿Reacciona a cambios en su entorno?

    21. Recuerda que la detección temprana y el apoyo adecuado pueden marcar una diferencia significativa en el desarrollo y bienestar de tu hijo/a. Si tienes preocupaciones sobre su desarrollo, no dudes en buscar ayuda profesional

    22. ¿Se molesta por ruidos cotidianos, como el sonido de la aspiradora o la música, incluso si no están demasiado altos?

    23. ¿Caminar solo/a es una actividad cómoda para tu hijo/a?

    24. ¿Tu hijo/a te mira a los ojos durante las interacciones, juegos o al vestirlo/a?

    25. ¿Imita los movimientos que realizas, como decir adiós con la mano, aplaudir o cualquier otro gesto divertido?

    26. Si te volteas para mirar algo, ¿tu hijo/a intenta seguir tu mirada?

    27. ¿Busca tu atención o intenta que le prestes atención de alguna manera, como pidiendo cumplidos o diciendo "mira" o "mírame"?

    28. ¿Comprende instrucciones verbales simples, como "pon el libro encima de la silla" o "tráeme la manta", sin necesidad de gestos adicionales?

    29. Cuando ocurre algo nuevo, ¿tu hijo/a observa tu reacción para ver cómo respondes?

    30. ¿Disfruta tu hijo/a de juegos que implican movimiento, como balancearlo/a o hacerle "el caballito" sentándolo/a en tus rodillas?

Recuerda que la detección temprana y el apoyo adecuado pueden marcar una diferencia significativa en el desarrollo y bienestar de tu hijo/a. Si tienes preocupaciones sobre su desarrollo, no dudes en buscar ayuda profesional. En Espacio Terapéutico Sentidos te estamos esperando. 🤗